Imprimir

 

 

Shodō, el camino de la escritura.

 

             

 

JKA Cantabria organizó el pasado viernes 20 de octubre el segundo taller de Shodō en las instalaciones del Centro Cívico Numancia. El taller fue dirigido por nuestro maestro y compañero Siro Castrodeza, que logró transmitir un idea global de lo que es el Shodō, mediante explicaciones y propuestas de ejercicios.


El Shodō es la caligrafía de Japón, o para ser más precisos, el arte de la caligrafía de Japón. Si la caligrafía es un arte, el Shodō constituye la expresión más refinada y sublime de ese arte. La aproximación a la comprensión del Shodō exige tener presentes dos ideas:

Una, el Shodō guarda una estrecha relación con el budismo zen. Es un instrumento para la práctica de la meditación y el autocontrol. Por tanto, su práctica exige, una disposición de ánimo, dejar el alma en cada trazo. Es por tanto un camino de perfección.

La otra, que el Shodō, no es una forma de escritura. El Shodō, ante todo, una disciplina artística, y como tal exige, tiempo, dedicación, paciencia y concentración. Como su nombre indica, es un camino, camino de expresión artística, y el camino se hace caminando.

El Shodō, hasta un cierto nivel, es una asignatura obligatoria en las escuelas de primaria japonesas.

Como hemos dicho el taller fue impartido con Siro, con la ayuda de una asistente virtual: una niña japonesa practicando la caligrafía sobre su pupitre escolar. Bromas aparte, mostró una foto de una escolar japonesa para ilustrar sobre la posición correcta y la forma de agarrar el pincel.

 

                     

 

Antes de comenzar el taller se proporcionó a cada asistente los útiles necesarios para la práctica de los ejercicios: pinceles de dos grosores, rotulador pincel, cuencos de agua, tintero, tinta, papel japonés cuadriculado especial para practicar, hojas de agua y por supuesto papel de arroz.

 

     

 

Siro comenzó el taller proporcionado unas explicaciones sobre los sistemas de escritura de la lengua japonesa: hiragana, el Katakana, kanji , su significado, su contenido  y sus reglas. Combinó sus explicaciones con ejercicios prácticos, ampliando las mismas al tiempo que se avanzaba en las prácticas. 

 

La escritura japonesa está compuesta por cuatro sistemas diferentes de caracteres, el hiragana, el katakana, kanji y romaji., para su práctica se utiliza pincel y tinta.

 

El aprendizaje del japonés se inicia con el hiragana. El hiragana y el katakana son silabarios y están formados por caracteres fonéticos. Son semejante a nuestro alfabeto. La diferencia está en que nuestro alfabeto, los caracteres son de una sola letra, y cada letra expresa un sonido, en los silabarios, cada carácter representa una silaba o conjunto de letras, a las que se asocia un sonido.  El hiragana, modo de escritura fonético, es el primero que aprenden los niños en las escuelas. El katakana se utiliza fundamentalmente para los extranjerismos y onomatopeyas. Los caracteres de estos silabarios se denominan kana.

 

Llegados a este punto de las explicaciones, se comenzó con los ejercicios.

 

Como primer ejercicio, se propuso escribir los signos del silabario katakana en una hoja de papel con una cuadrícula especial, utilizando un rotulador japonés con dos puntas de pincel. Se debe escribir un signo dentro en cada cuadricula. La explicación es sencilla cada signo debe tener unas proporciones precisas en su conjunto y cada uno de los trazos en relación con el conjunto y con los demás. La cuadricula sirve de ayuda, escribiendo un signo dentro de cada cuadro.                           

 

               

 

El uso del rotulador tiene como finalidad familiarizarse con la técnica antes de utilizar el pincel y la tinta.

 

                  

 

Además, los trazos de cada signo deben escribirse en un orden concreto, que no puede alterarse y se escriben en una dirección concreta que tampoco puede alterarse, como bien explico Siro en la pizarra.

 

La segunda propuesta consistió en escribir los signos del silabario hiragana  , pero esta vez utilizando pincel y tinta sobre una hoja especial llamada hoja de agua. Se moja el pincel en agua y a medida que entra en contacto con el papel la hoja cobra color, apareciendo el trazo como si se estuviera escribiendo con tinta. Cuando la hoja ha absorbido toda el agua comienza a secarse desapareciendo lo escrito y permitiendo la reutilización de la hoja.

 

      

 

La siguiente explicación versó sobre los kanji, que se utilizan para expresar conceptos, no sonidos. Su utilización es el siguiente paso en este “camino” de escritura. Existe una lista de kanji que deben aprenderse en el sistema educativo japonés. Los kanji no se corresponden con ningún sonido, sino con un concepto concreto. No existe en los lenguajes escritos occidentales un conjunto sistematizado de caracteres conceptuales. Todos utilizan sistemas de signos fonéticos. Un ejemplo de signo  similar a un kanji en nuestro sistema de escritura podría ser el símbolo que representa el euro, €, signo que representa un concepto, la unidad monetaria europea. Así, podemos escribir 100 euros, ó también 100 €.

 

Así, el último ejercicio consistió en escribir un kanji con tinta y pincel sobre papel de arroz.  Se proporcionó a los alumnos el modelo, y una copia del kanji mostrando sus contornos, como si fuera un dibujo, para enseñar la forma precisa que debe tener la pincelada y el orden de trazado.

                                          

                            

 

A continuación, papel de arroz, tinta y pincel y...  ¡a trabajar!

 

     

 

Aquí es donde se experimenta de verdad el Shodō, la exigencia de concentración, del trazo preciso, la necesidad de mucho trabajo, todo ello en busca de la sencillez y de la belleza. En esta etapa, el calígrafo virtuoso escribe con el cuerpo y con el alma.

 

JKA Cantabria quiere agradecer su asistencia a todos los que participaron en el taller. Continuaremos impartiendo más talleres, para profundizar en esta disciplina artística.

 

                        

 

Gracias al Centro Cívico Numancia que viene colaborando con JKA Cantabria poniendo a nuestra disposición sus instalaciones para la celebración de nuestros talleres. Gracias a todos los que nos seguís. ¡Nos vemos pronto!